martes, 28 de junio de 2016

Misa Tradicional en Málaga - Domingo 3 de Julio

Santa Misa Tradicional. Domingo 3 de Julio - 7º Domingo después de Pentecostés

Parroquia de los Santos Mártires Ciriaco y Paula

19.00 horas


Misa Tradicional en Puente Genil - 2 de Julio - Una Voce Córdoba


La Asociación de Laicos Una Voce Córdoba celebrará el próximo Sábado 2 de Julio, la Santa Misa Tradicional a las 20.00 horas en el Santuario de la Concepción, Patrona de Puente Genil.

Serán acogidos por el Grupo Joven de la Cofradía de la Purísima Concepción.

Oficia Fray Joaquín Pacheco Gabán.



martes, 21 de junio de 2016

Carta del Obispo de Córdoba al I Encuentro Summorum Pontificum de Andalucía

Reproducimos la Carta que Monseñor Demetrio Fernández tuvo a bien dirigirnos a los asistentes del I Encuentro Summorum Pontificum y que expresa de forma genuina el afecto y labor encomendada al Buen Pastor,

Fuente: http://www.unavocesevilla.com/carta-del-obispo-de-cordoba-al-i-encuentro-summorum-pontificum-andalucia/

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Córdoba, 4 de junio de 2016


A los participantes en el

I Encuentro Summorum Pontificum de Andalucía


Queridos hijos:


Hace casi nueve años, el Papa Benedicto XVI, por medio del Motu proprio Summorum Pontificum reconoció el derecho de los fieles a celebrar y participar en la Santa Misa según el Misal aprobado por el beato Juan XXIII en 1962, que era una actualización del promulgado por san Pio V y actualizado en sucesivas ocasiones por los Sumos Pontífices.


Este Motu proprio Summorum Pontificum establece normas para la celebración de este venerable Rito, que nunca ha sido abrogado, y en el que muchos fieles en la Iglesia hoy se sienten reconocidos a la hora de celebrar el único Santo Sacrificio de la Misa, que se celebra en diferentes Ritos por toda la Iglesia. El mismo Summorum Pontificum señala que la forma ordinaria del Rito Romano es según el Misal aprobado por el beato Pablo VI en 1972 y la forma extraordinaria, la celebrada según el Misal de beato Juan XXIII, evitando en todo momento que una y otra forma litúrgica sean contrapuestas ni sirvan para fomentar cualquier división en la Iglesia.


Por medio de estas letras quiero hacerme presente hoy entre vosotros los que participáis en la celebración de la Misa Tradicional en la Basílica Pontificia San Juan de Ávila, Doctor de la Iglesia, en Montilla, para daros mi bendición y alentaros en vuestros buenos propósitos. Jesucristo Sacerdote y Víctima que se ofrece en el Altar por la redención de todos los hombres nos invita a unirnos a su ofrenda con la ofrenda de nuestra propia vida. Que la participación en este Santo Sacrificio os haga ser testigos del amor de Dios por todos los hombres, especialmente por los más necesitados en el alma o en el cuerpo. A María Santísima nuestra Madre os encomiendo a cada uno de vosotros, a vuestras familias y todas vuestras intenciones: “Monstra te ese matrem”


Ayudad al Monasterio de San José del Oasis de Jesús Sacerdote, instalado recientemente en Espiel (acceso por Villaviciosa), diócesis de Córdoba, que dentro de su carisma contemplativo celebra su liturgia siempre en la Forma Extraordinaria. En la instalación de este nuevo Monasterio, ellas necesitan vuestra ayuda. Dios os lo pague.


Con mi afecto sincero hacia todos los presentes, recibid mi bendición:

DEMETRIO FERNÁNDEZ, OBISPO DE CÓRDOBA.



domingo, 19 de junio de 2016

Homilía - I Encuentro Summorum Pontificum

Publicamos el texto de la excelente Homilía pronunciada por Monseñor Alberto José González Chaves, Delegado Episcopal para la Vida Consagrada en la diócesis de Córdoba, en el marco del I ENCUENTRO SUMMORUM PONTIFICUM

Fuente: http://www.unavocesevilla.com/homilia-misa-tradicional-i-encuentro-summorum-pontificum-andalucia/


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Venerables hermanos en el sacerdocio, religiosos que asistís en el altar y carísimos hermanos todos en el Corazón Eucarístico de Jesús:

“Messor eram“, reza el epitafio del primitivo sepulcro del Maestro Juan de Ávila. En esta Basílica Pontificia está la lápida donde podemos leerlo. “Messor eram“: “fui segador”. La semilla que el Santo Doctor lanza a voleo sobre el campo de la Iglesia sigue llegando hasta nuestra besana y hoy somos nosotros el surco en que fructifica, tímida pero real y gozosamente. Porque con la sementera de esa mies, que es la de Cristo, Juan de Ávila nos atrae hoy a esta su casa. Montamos un número… suficiente. Si un alma -decía San Carlos Borromeo- vale tanto como una diócesis, aquí estamos un buen puñado, deseosos de que no se malogre, por la aridez, senara cultivada por tan buen labrador.
Comencemos esta plática de amigos haciendo conmemoración agradecida de alguien a quien queremos mucho y debemos mucho…

“Cuando el mundo en su conjunto se convierta en liturgia de Dios, cuando en su realidad se convierta en adoración, entonces habrá llegado a su meta, entonces será sanado y salvado”. Son palabras de nuestro inolvidable Benedicto XVI en la misa de la solemnidad de San Pedro y San Pablo, el 29 de junio de 2008. Nosotros, parte del mundo, hijos de nuestra época, queremos, necesitamos experimentar el gozo, vivir del gozo de ser liturgia, adoración viviente del Dios vivo, Lux et origo, Fons omnis sanctitatis. Ello es lo que nos convoca hoy aquí. En ambiente de Cenáculo y al calor de la Eucaristía, preguntémonos: ¿Quiénes somos? ¿Dónde estamos? ¿Por qué hemos venido hoy hasta aquí?

1. Somos personas de diversas edades, condiciones, estados, procedencias… con un denominador común: ¡somos católicos! Somos discípulos de Jesucristo y como Él, que lo penetra todo, lo conoce e invade todo, queremos ser universales, con la fresca y perenne apertura del Evangelio. Somos hombres y mujeres pecadores, pero con un gran deseo de ser fieles a la doctrina, a la moral y a la liturgia de aquella Madre y Maestra que nos ha engendrado y en cuyo seno nos alimentamos y vivimos: Unam, sanctam, catholicam et apostolicam Ecclesiam! Y porque somos católicos nos estimula y fortalece, nos asegura y nos gusta sentirnos en comunión afectiva y efectiva con los sucesores de los Apóstoles, nuestros obispos: cum omnibus orthodoxis atque catholicae et apostolicae fidei cultoribus. Y con la Cabeza visible de la Iglesia, el Papa de Roma, salvaguarda de la fe y de la unidad en la caridad.

Quienes estamos aquí somos personas que, sabiéndonos acechadas por los tres enemigos del alma (el mundo, el demonio y la carne), necesitamos asirnos a lo permanente y trascendental: la unidad, la verdad, la bondad y la belleza, que nos remiten al SER inmutable y subsistente en Sí mismo y que nos ayudan a entender la condición real de todo cuanto existe.

Ahítos de modas fugaces, desengañados de los señuelos del relativismo dictatorial y de las martingalas de lo políticamente correcto, queremos convencernos cordialmente de que la única divisa que prevalece cuando todo pasa, sicut nubes, quasi naves, velut umbra, es la de la Santa de la Raza: Sólo Dios basta. Somos, pues, deseamos, necesitamos ser buscadores de Dios, a Quien descubrimos en la hermosura de la creación y en la risa de un niño, en una encíclica pontificia y en la conversación amigable con alguien que se dice agnóstico, en los problemas y en las alegrías de la familia y en las vidas de los santos, en la lectura de la Biblia y en el prójimo menesteroso que aguarda nuestras obras de misericordia espirituales y corporales. Somos buscadores de Dios Uno y Trino, ante cuya Majestad nos arrodillamos, y temblamos, y lloramos cantando en la Sagrada Liturgia. Así somos quienes estamos hoy aquí.

2. Aquí, en Montilla, que parece ser el polo de atracción de los amigos de la Liturgia Tradicional que, de todos los puntos del mediodía español, buscamos uno equidistante para concitarnos, una voce dicentes: Sanctus, Sanctus, Sanctus. Este sería el motivo logístico. La antigua Montulia, desde hace casi cuatro siglos noble Ciudad de Montilla, es el corazón geográfico de esta Andalucía que sabe tanto de amores eucarísticos y marianos, y que convierte constantemente sus campos y mares, sus montañas y marismas, sus calles y plazas, en catedrales a cielo abierto donde no hay límites ni sitios reservados porque el fervor de las multitudes arrasa lo preestablecido para aclamar a su Cristo y a su Virgen.

Pero hay otro motivo, y acaso más potente, que nos convoca en Montilla. Esta fue, durante sus últimos 15 años, la patria chica de un santo grande. Aquel ante cuyos restos benditos hemos venido a postrarnos hoy. Aquel que es el más reciente Doctor de la Iglesia, aunque ya era reconocido como tal en su siglo XVI. Aquel que en la incomparable centuria dorada de nuestra España fue “padre de santos sin par y de almas seguro mentor”. Aquel a quien, si se hubiera resuelto a entrar en la joven Compañía de Jesús, el Patriarca Ignacio de Loyola habría ido a buscar en andas para llevarlo como al Arca del testamento. Aquel a quien vino encontrar en Montilla Juan de Dios, el loco de la caridad, y al que hasta Montilla tuvo sumo interés la Madre Teresa de Jesús en hacerle llegar el manuscrito del libro de su vida, porque en viéndolo y aprobándolo el Maestro Ávila quedara ella tranquila. Parece que al demonio le pesa que vea el libro ese santo… No querría que se muriese sin verlo. Juan de Ávila es un hombre de fuego, eco de Pablo, trasunto en nuestra patria de los Crisóstomos y Agustinos. En la fuente cristalina y cristocéntrica del Santo Maestro beberán los Borromeos, Sales y Ligorios. Sus aguas vivificantes, por evangélicas, llegan hasta la Iglesia de nuestros días , porque Ávila no es sólo, lo cual ya sería suficiente, el celestial Patrono del clero secular español, proclamado así por la Santidad de Pío XII en 1946, sino que es, por la gloria de su Doctorado, maestro universal para los católicos todos, sea cual fuere su misión en la Iglesia. Si el Santo Maestro tiene el Doctorado en el amor a Jesucristo y en el celo por las almas, lo posee particularmente como heraldo de la Eucaristía. Pegan fuego sus “Tratados sobre el Santísimo Sacramento”, en los que se enardece hablando de la procesión del Corpus Christi, los efectos santificadores de la Sagrada Comunión, o los frutos de la Santa Misa. Baste evocar el conocido episodio sucedido a sólo unos metros de donde nos hallamos, en su querido monasterio de Santa Clara, donde había ingresado su hija de confesión, la santa condesa doña Ana Ponce de León. En una de las visitas del Padre Ávila a dicho convento, como observase que un clérigo celebraba el Santo Sacrificio con poca reverencia y evidente precipitación, se acercó delicadamente, como a enderezar una vela que estaba algo caída, en gesto que pudiera servir de disimulado envoltorio al susurro que deslizó en el oído del sacerdote: “Trátelo bien, que es Hijo de buen Padre”. Tal fue el anhelo vitalicio de San Juan de Ávila: mimar a Cristo en la Eucaristía, acariciarle en el Sacrificio, poner sobre su Cuerpo victimado el beso de la fe y la adoración. La Misa fue su pasión, el sacrificio del altar, su vida toda. Así exhortaba a otro sacerdote: “Sea el altar su deseo, su gozo y descanso, como el nido para el pájaro”. A un tercero enseña en una carta “cuál será el mejor aparejo y cuál consideración más provechosa para llegarse a celebrar”. Sus reflexiones a este tenor pueden sernos de grande provecho: “¿Quién no tiembla de amorosa reverencia -pregunta el Santo Maestro- de Aquel de quien tiemblan los poderes del cielo, y no de ofenderle, sino de alabarle y servirle? ¿Quién no se confunde y gime por haber ofendido a Aquel Señor que presente tiene? ¿Quién no confía con tal prenda? ¿Quién no se esfuerza a hacer penitencia por el desierto con tal viático?… Importúnele que no permita El que esté vuestra merced en presencia de tan alta Majestad sin reverencia, amor y temblor… Mire a los que están delante de los reyes, aunque no digan nada: aquélla mesura, reverencia y amor con que están, si están como deben…”

Estas consideraciones de nuestro Doctor nos introducen en la tercera de las preguntas que comenzábamos formulando.

3. ¿Por qué estamos nosotros aquí? Porque necesitamos elevar nuestros corazones a Dios. Si consurrexistis cum Christo, quae sursum sunt quaerite, ubi Christus est ad dexteram Dei sedens,quae sursum sunt sapite. Nosotros queremos vivir de ese SURSUM. Y sabemos que la liturgia nos transporta a esta elevación al Dios de la vida. La liturgia nos lanza a la consecratio mundi, sublime y apasionante misión de todo bautizado. Ello es así, sólo puede ser así, porque la liturgia no es acción humana, sino, como nos recordó el último Concilio, ejercicio del Sacerdocio de Cristo. Por eso no vemos, no podemos ver contradicción alguna entre los dos usos actuales del único rito romano que, según Benedicto XVI, son expresiones igualmente válidas de la misma lex orandi de la Iglesia, y que por eso no pueden llevar en modo alguno a una división de la lex credendi. Quienes lo entendieran diversamente no habrían penetrado suficientemente en el criterio hermenéutico de la reforma en la continuidad del citado Concilio. La celebración de la Santa Misa en su Forma extraordinaria no supone, pues, ni una marcha atrás en la reforma litúrgica (que, por otra parte, no ha sido la que propugnó el Vaticano II, si nos atenemos a sus documentos) ni mucho menos de una concesión a ciertos grupúsculos de nostálgicos. El Motu Proprio Summorum Pontificum del 7 de julio de 2007, fue una sabia decisión brotada de la inteligencia superior de un Papa teólogo que conoce y ama la liturgia y sabe que en ella no hay rupturas, sino proceso orgánico y sereno. Gracias a ello podemos, con toda naturalidad, celebrar en el venerable rito en que lo han hecho durante 1500 años, todos los sacerdotes santos, también Juan de Ávila. Y de este modo se favorece (no se recupera) el sentido de la adoración, el protagonismo del misterio, el ambiente de sacralidad, el sonido del silencio, la centralidad de la Cruz, la teología eucarística del Sacrificio, la orientación de sacerdote y fieles versus Deum, el uso de la solemne y atemporal lengua latina, la belleza del canto gregoriano…
Ha llegado el tiempo de las minorías creativas. Nos lo recordaba con frecuencia nuestro amado Benedicto XVI. Pero no se trata de la creatividad snobista de las cosas raras, de los descubrimientos aparatosos y noveleros, sino de la creatividad de la santidad, de la oración, de la misericordia; de la creatividad del primado de Dios, que debe ser siempre recreado en nuestro mundo, reencontrado en el corazón de cada hombre. No hablamos de una creatividad que no interpreta la Constitución conciliar Sacrosanctum Concilium desde la primacía de la adoración.

Un hombre de Dios, el cardenal Robert Sarah, querido por el Sumo Pontífice al frente del Dicasterio que vela por la pureza de la Liturgia, ha dicho recientemente en un best seller (traducido en pocos meses 13 lenguas, la última el ruso), cuyo título, “Dios o nada”, es rotundamente expresivo:

Por desgracia, nada más concluir el Concilio, la Constitución sobre la liturgia no se comprendió a partir del primado fundamental de la adoración, de la humilde genuflexión de la Iglesia ante la grandeza de Dios, sino más bien como un libro de recetas. Vimos a toda clase de creativos y animadores que buscaban más bien artimañas para presentar la liturgia de modo atrayente, más comunicativo, implicando cada vez a más gente, pero olvidando que la liturgia está hecha para Dios. Si Dios se convierte en el gran ausente, podemos llegar a toda clase de desviaciones, desde las más triviales a las más abyectas. Benedicto XVI ha recordado con frecuencia que la liturgia no puede considerarse una obra de la creatividad personal. Si hacemos una liturgia para nosotros mismos, se aleja de lo divino: se convierte en una representación teatral ridícula, vulgar y aburrida. Y se desemboca en liturgias que parecen operetas, fiestas dominicales para divertirse y disfrutar juntos… Después de la celebración eucarística, los fieles vuelven a casa sin haberse encontrado personalmente con Dios y sin haberle escuchado en lo más íntimo de su corazón. Falta ese cara a cara con Dios contemplativo y silencioso que nos transforma y nos devuelve las energías que permiten revelarlo a un mundo cada vez más indiferente a las cuestiones espirituales. El centro del misterio eucarístico es la celebración de la Pasión, de la dolorosa muerte de Cristo y de su Resurrección: si ese misterio queda ahogado por largas ceremonias ruidosas y recargadas, hay que temerse lo peor. Algunas misas son tan bullangueras que no difieren mucho de una feria de pueblo. Es necesario volver a descubrir que la esencia de la liturgia quedará eternamente marcada por el deseo de la búsqueda filial de Dios”.

A eso hemos venido nosotros hoy a Montilla: a buscar filialmente a Dios nuestro Padre, insertándonos en la humilde genuflexión de la Iglesia, adorante esposa enamorada, ante la grandeza del Dios vivo. Queremos sentir hoy en Montilla la urgencia de la creatividad de la santidad; esa creatividad en la que Dios ocupa el centro, en la que Jesucristo es el gran Liturgo porque las ansias redentoras de su Corazón se traducen en el ejercicio sempiterno de un Sacerdocio que nos salva.
Según el Novus Ordo hoy habríamos celebrado la memoria (pobre rango…) del Inmaculado Corazón de María. Es el símbolo del amor y de la reparación de nuestra Madre Inmaculada, que nos dice a nosotros hoy, como ayer dijera a Lucía de Fátima: “Mi Corazón será tu refugio y el camino que te conducirá a Dios”. Son tiempos difíciles y convulsos los nuestros, tiempos apasionantes. Nuestro refugio es el pecho dulcísimo de la Señora. Sintamos la ilusionante obligación de ser optimistas, recordando la promesa de Jesucristo a Santa Juliana de Norwich: “All shall be well!” Miremos a María. Acurruquémonos en su Corazón. Y cuando, por el fragor de la tempestad, nos amenace la tentación del miedo, la más diabólica de todas, escuchemos a la Mujer que ha vencido al dragón. Ella nos dice, sonriendo: “Al fin, mi Inmaculado Corazón triunfará”



martes, 14 de junio de 2016

La Misa Tradicional vuelve a Jerez de la Frontera tras 45 años


Desde Una Voce Málaga nos unimos a la alegría de nuestros hermanos de la diócesis de Jerez de la Frontera-Medina Sidonia que prontamente dispondrán de Misa dominical y en días de precepto según el Vetus Ordo.

Según nos informan, el próximo domingo 19 de junio se celebrará la Santa Misa en latín según la forma extraordinaria del Rito Romano en la iglesia de San Juan de los Caballeros a las 18:30 h.

Será la primera de una serie de misas mensuales que se celebrarán durante estos meses de verano antes de que en septiembre adquiera ya periodicidad dominical.

El sacerdote celebrante será el dominico Fray Xavier Català Sellés, quien en esta ocasión antes de la celebración dará una breve charla a los presentes sobre el tema: "La Misa Tradicional desde el Concilio Vaticano II a nuestros días"

Enlaces de interés sobre la noticia:


Más información en la página de la Misa Tradicional en Jerez de la Frontera: https://www.facebook.com/misatradicionalenjerez/



domingo, 5 de junio de 2016

Vídeos I Encuentro Summorum Pontificum Andalucía (Montilla - 4 de Junio)


Publicamos los vídeos que se han grabado de este evento histórico y extraordinario.

Desde Una Voce Málaga felicitamos a los organizadores y nos alegramos profundamente por nuestra participación en el mismo. Regresamos a nuestra querida tierra malagueña henchidos de fuerza e ideas para la promoción y la defensa de este Venerable Rito.

Reportaje fotográfico de la Misa:



Resumen de los momentos principales de la Misa:


Fuentes: